miércoles, 27 de noviembre de 2013

La verja cerrada

Cuando Juan Ramón era niño en Moguer , su pueblo había una verja cerrada por lo que veía un paisaje maravilloso y esperaba que ocurriera cosas estupendas.  El poeta en sus sueños de niños, le aparecían jardines fantásticos . Por la mañana iba a comprobar si sueño se habría hecho realidad .
                                                

jueves, 21 de noviembre de 2013

La azotea

Una vez más Juan Ramón le cuenta a Platero cosas que  ocurren en el día a  día ; en esta ocasión le describe el paisaje que  se ve desde una azotea: Platero bebiendo en el pilón  o jugando con la tortuga  el gorrión,  los toneleros  haciendo  toneles, el pintor pintando, una bella muchacha  peinándose ... 
 El poeta onubense le decía a su burrito que desde allí  todo era muy raro.

Melani Mora Ríos 4º 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

El Loro

Un día estaba J. Ramón y su burrito en casa de su amigo el médico jugando con el loro.De, pronto una mujer llegó corriendo y llorando y le preguntó:
-Zeñorito ¿ejtá ahi eze médico?
Detrás unos hombres  traían a otro herido,estaba cazando furtivamente en Doñana y se le disparó la escopeta y le hirió.
- Ce n´est rien.
El loro se pasó todo el tiempo repitiendo las palabras del medico.

-Ce n´ est rien , Ce n´est rien  (no es nada).

jueves, 7 de noviembre de 2013

Golondrinas

Era una primavera muy extraña: Llego la primavera pero  muy fría.
Las golondrinas salieron de África  buscando la estación de las flores y se encontraron un poco incómodas,aún hacía mucho frío.Las pobres golondrinas estaban desorientadas igual que las hormigas cuando un niño les pisa el camino ,no sabían dónde ir.
si no venía la primavera, las golondrinas morirían.Platero parecía que se daba cuenta.Él también tenía frío en ese helado marzo.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA PÚA

Un día J. Ramón y Platero estaban en el prado y el poeta observó que su querido burrito cojeaba. Le cogió la pezuña y conprobó que tenía clavada una púa de naranjo. Sin dudarlo tiró de ella y se la saco luego se fueron al arroyo de los libios amarillos para que el agua le curara la herida.
Después se fueron hacia el mar  aun cojeaba iba de tras de su dueño y con el hocico acariciaban la espalda de Juan Ramón agradeciéndole  que le había quitado el dolor.