Lord

En esta ocasión Juan  Ramón  le enseña a Platero la foto de Lord, que era el perrito de cuando él era pequeño. Era blanco con manchitas negras, sus ojos brillantes reflejaban su nobleza y lo bueno que era. Tenía algo de loco, a veces sin saber por qué, daba vueltas entre las flores, se subía a los tejados, espantando a los vencejos.

La Macaria lo lavaba todas las mañanas y se quedaba brillante como la terraza blanca.

Cuando murió el padre de J. Ramón, Lord se quedo toda la noche a su lado, y en otra ocasión cuando la madre se puso enferma, permaneció junto a ella todo el tiempo.

Un día Lord fue mordido por un  perro rabioso y hubo  que llevarlo fuera del pueblo y atarlo a un naranjo.

     

La perra y los cuatro perritos

Una perra que conocían  Platero y Juan Ramón un día parió cuatro perritos. Salud, la lechera, se los quitó porque le dijo el médico que con caldo de perrito su hijo  sanaría. 

La madre preocupada estuvo toda la noche buscándolos. Por fin los encontró y se los fue llevando uno a uno en su boca hasta su casa.

A la mañana siguiente se encontró su dueño a la perra con sus cuatro cachorritos. Se quedó boquiabierto.

LA CARRETILLA

Un día lluvioso y Juan Ramón y Platero paseaban cuando se encontraron con una niña que estaba atascada en el fango con su vieja carretilla cargada de naranjas.
La pobre chiquilla lloraba desconsolada porque no podía salir de allí. Juan Ramón enganchó a Platero como pudo en la carretilla. Y de un tirón la carretilla salió del atasco. La niña agradecida le regaló dos naranjas que Juan Ramón repartió entre los dos burritos.

 Marina

La Sanguijuela

Un día Platero echaba sangre por la boca. El poeta se dio cuenta que tenia una sanguijuela en la lengua o en el paladar.
J.Ramón le pidió ayuda a un labrador y después de intentarlo de todas las maneras,por fin consiguieron arrancársela.La cortaron y la tiraron al río,y el agua quedo teñida de la sangre de Platero.
Iván Ponce Codes  

La Novia

En esta ocasión, Juan Ramón nos cuenta que un día iban por un camino cuando de pronto Platero dilató las narices, enseñando sus dientes amarillos, respiraba hondamente un raro olor.

Su dueño lo comprendió todo; Platero se había enamorado. En una colina cercana, una burrita preciosa, su novia. El burrito enamorado quería ir con su amada, pero Juan Ramón no le dejó. El asno enfadado trotó y sus pasos sonaban como si dijeran: 

- Parece mentira, parece mentira... -   

El Canario vuela

Un día el canario verde y viejo se escapó de su jaula.

Como el canario viejo sabía que no podía vivir en libertad, porque no sabía buscar la comida ni refugio, se pasó el día dando vueltas por todos lados: entre los granados, en el pino, en el tejado...

De pronto,sin saber nadie cómo ni por qué, apareció en la jaula alegre otra vez.

¡El viejo canario había vuelto a casa!

Ainhoa